¡No consumas chatarra!
- Sofia Florez
- 29 abr 2020
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 30 abr 2020

Perdón, pero he pensado y pensado y no se me viene otra palabra para lo que quiero transmitirles hoy, trataré como siempre de ser concisa (aunque no prometo nada jaja). Bueno quisiera que pensaran un momento en lo que sienten cuando están cerca de un basurero; normalmente sientes asco y no te gusta lo que hay allí porque no es valioso, bueno, he estado pensando en todo lo que a diario nuestros ojos reciben, y al menos en mi caso me he dado cuenta que muchos medios de comunicación, series y demás me venden basura, y soy culpable por ignorar de que me lleno, (Aclaro que no todos, pero mucho de ellos sí). Me he dado a la tarea de reevaluar lo que veo y cuanto invierto en ello, y al hacer este análisis, ¡Uy!, sí que me doy cuenta de cuánto tiempo literal he perdido. Creo que a veces consumimos cosas tan vacías y somos tan conscientes de ello pero no nos importa, y a este punto de la cuarentena, de hacer tantos análisis y querer generar cambios; es tiempo de que reevaluemos de que nos estamos llenando. Sé que todos andamos por estos días demasiado en internet, pero cuanto más ahora deberíamos aprovechar el tiempo, y ser bien selectivos, para ser buenos críticos de que no todo lo que se pone al frente de nosotros es, ¡Bueno!, No somos un basurero para recibir, comer, y ver un montón de chatarra que poco a poco nos va llevando a una cantidad de pensamientos que nos van hundiendo , pensamientos como: “Ay, voy a ver esto porque todo el mundo lo ve”, “Voy a hacer esto porque todo el mundo lo hace”, “¿Y si el virus llega a mi casa?”, “¿Y si todos morimos”; estoy convencida que es inevitable que estos pensamientos lleguen a nosotros porque en ocasiones ni siquiera podemos controlar lo que llega a nuestros ojos, inevitablemente está en todos lados, pero tenemos un poder increíble, la capacidad de decir ¡No!, no quiero , no debo, no me hace bien escuchar más esto, no voy a darle poder a este pensamiento a que tome control de todo lo que hago; sin duda tenemos dos opciones: angustiarnos y sumirnos en un temor terrible, o decidir creer en el perfecto amor, en el que no existe el temor; Jesús jamás dijo que no fuéramos humanos y no sintiéramos, pero nos invitó a escoger que entre el temor y la confianza decidiéramos confiar. Hay una línea muy delgada, entre lo que me edifica y lo que me hunde, el amarillismo por ejemplo lo único que hace es crear una cultura de terror y nos va debilitando mientras pasan y pasan los días; pero Dios quiere que nosotros nos alimentemos de lo que es bueno. Alimentémonos de proteína mental, aquello que le da fortaleza a nuestra alma en este tiempo; Dios quiere crear en nosotros una cultura de reino que nos enseña poco a poco la confianza en él por sobre el temor que ronda en los aires, entre lo que posiblemente no y lo que definitivamente si es bueno.

Los medios de comunicación en muchas ocasiones lo que quieren es que todos actuemos como robots, todos creemos lo que nos dicen y buscamos desesperadamente una respuesta, o peor aún nos quieren dopar con entretenimiento vacío… pero no somos robot, somos seres humanos, frágiles, que nos debemos cuidar; claro que sí, pero nuestra respuesta no va a ser el pánico, no les vamos a dar el poder de controlarnos; más bien que nuestra mente pueda ser saturada de la esperanza segura, Jesús, y de sus promesas que nos aseguran que todo está bien de sus lado. Te invito a que revises tus ideales, ¿Cómo quisieras sentirte en este tiempo? Identifica aquello que anima tu corazón, y dale clic en cerrar a todas aquellas palabra, páginas, personas que te retrasan y abre todo aquello que has podido identificar que te anima, y te hace poner la mirada en la esperanza; de igual forma nosotros por nuestra parte no seamos más generadores de chatarra sino portadores de buenas noticias que alimenten la mente. Yo hoy respondo en confianza, no porque crea que tengo el control, sino porque sé muy bien quien lo tiene, y tener temor va a hacer que la realidad sea aún más terrible; que me llamen loca por tener esperanza y decirle a otros que confíen aún más. La angustia no va a hacer que la situación cambie, pero la esperanza podrá hacer que el proceso y la dificultad se pase de forma más amena y seguramente, muy seguramente todo mejorara con mayor rapidez.
“No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que él ha hecho.” Filipenses 4:6
Comentarios