Conversaciones en el espejo
- Sofia Florez
- 20 ago 2020
- 2 Min. de lectura

Hay conversaciones fuertes, retadoras pero necesarias; conversaciones que te hacen creer cosas que en verdad no son reales.
Conversaciones por ejemplo en el espejo. Aunque nuestros labios no se muevan para emitir sonido, nuestros ojos expresan lo que el alma quiere decirse a sí misma.
Son conversaciones cuando estamos en guerra con nosotros mismos, en las que nos juzgamos y cuestionamos, convirtiéndonos en nuestro peor enemigo. Una tormenta que no se nota desde afuera.
Tú y yo frente a nosotros mismos, en una lucha constante, cuya 'arma' son los propios cuestionamientos y las discusiones que - algún día - decidimos no resolver a tiempo.
Allí estamos, odiándonos, amándonos, peleando ante el espejo, que refleja quién eres externamente mientras los ojos te gritan lo que desde adentro quiere salir…
Sin duda, en ese instante, se mueve un fuerte deseo de que el ambiente sea transformado para que aquellas 'armas' cesen, pues esas palabras de juicio nunca debieron salir.
Allí estamos y allí también está Él, Dios permanece a la espera de tu atención con su inevitable Presencia, insistiendo con una poderosa invitación frente al espejo: ¡RECONCILIACIÓN!
¿Quieres? Porque esa violenta confrontación necesita ser sana desde adentro hacia afuera y no al revés...
Por eso Papá te invita a reconciliarte con Él y con lo que algún día dijo de ti; te enseñará cómo hacer las paces con el niñit@ que ves al frente.
Nadie te puede juzgar más fuerte que tú mismo al estar tan consciente de todos tus fracasos y falencias, pero solo Dios te puede amar mucho más de lo que tú podrías alcanzar a amarte.
Por eso allí, frente al espejo, al mismo tiempo se extienden los brazos del Padre para enseñarte cómo amarte, cómo cuidarte, cómo sentirte, cómo reconciliarte. Y en ese proceso de rodearte con su verdad, te muestran cuanta grandeza ha depositado en un ser tan pequeño como tu o como yo.
Papá quiere que hoy te reconcilies con su amor y tu verdadero valor en Él, con el niñ@ torpe que algún día no supo cómo actuar, o que creyó que a donde iba todo lo estropeaba y a todos hería; desea que perdones cuando te creías incapaz de sorprender o de hacer algo extraordinario, reconciliándote con el diseño perfecto que el hizo de ti.
Qué tal si en vez de evitar esa conversación pendiente, hoy te paras frente al espejo, te miras a los ojos y lograr declarar con convicción aquello que Él afirma de ti. No más guerra y más amor. Que el sentir que eres tú el que vive esta vida te traiga plenitud, satisfacción y gratitud.

No hay nada peor que estar peleado con la persona que te acompaña todos los días. Eres hermoso y a la medida, Dios te hizo con su perfección y su amor te sostendrá.
Comments