top of page

Escudo inesperado



Pensé literalmente en entregarme por completo, llevaba días corriendo detrás de un refugio y la hostilidad del frente enemigo era cada vez más grande, llevaba días sin comer y tenía un poco de agua aun en mi botella pero sabía que después de la última gota de agua serian contadas mis horas antes de morir.

Mi destino era la muerte y no sentía de dónde agarrarme, eran miles contra unos pocos que habían logrado sobrevivir y batallando en medio de una guerra sin sentido, donde ellos habían perdido y nosotros de igual forma, pero el doble.

Y si, entregarme al enemigo era el único camino que veía para seguir viviendo, aunque fuera esclavizada, humillada y aun maltratada; había pasado semanas de escondite en escondite, detrás de cada muro que encontraba, que aunque parecían escombros para mí se convirtieron en una camisa de fuerza que funcionaba por segundos antes de tener que volver a huir y aunque con pericia había superado cada uno de los obstáculos, cada noche sin dormir me la pasaba pensando en que ya nada tenía sentido, en que estaba completamente sola… así que después de pensamientos volados y sin sentido decidí entregarme, entregarme con resignación, con frustración y con dolor… ya no había lugar para el retorno, era la muerte física o una muerte en vida, el enemigo no sería amable por el sufrimiento que estaba viviendo, claramente me usaría para su propio beneficio y a su antojo, pero yo escogía la vida, porque aunque todo parezca perdido al final, siempre hay esperanza…



Y aquí va, cerré los ojos y me entrega por completo, no había punto de retorno, ni el cartel de “salida” alumbrando frente a mi… el enemigo me apuntaba, me miraba con ojos de muerte, no había compasión en sus ojos, tenían nueva presa y esa era yo…3, 2,1 el gatillo disparo, pero su disparo no cayó sobre mi ¿Qué? La bala traspasó a alguien más, porque sorpresivamente alguien se puso como escudo frente a mí, pero el dolor de la bala y la herida causada por ella no tuvo éxito en el cuerpo del hombre que se puso frente a mí. Allí comprendí que aunque no entendía la frase de que “siempre hay esperanza”, en realidad la esperanza estaba a punto de llegar a mi vida, de forma repentina pero épica y aunque ya había dado por perdida mi vida, una vida se puso como escudo sobre mí , no lo esperaba, un muro protector se puso sobre mí y por mí, una vida dada por otra sin esperar nada a cambio, había estado durante semana detrás de muros físicos, detrás de ladrillos construidos por hombres, pero en realidad quien me salvaría era una persona más poderosa que yo o que mis escudos improvisados, él se convirtió en un escudo de carne y hueso, y estuvo dispuesto a proteger mi vida por encima de la suya, me tomo de la mano y me llevo lejos de mis enemigos a un lugar seguro y desde ese día no ha dejado de cuidarme, no lo conocía pero el si me conocía, y había rastreado mis pasos hasta encontrarme y salvarme de la muerte… y esta historia se sigue y seguirá escribiéndose.



 
 
 

Komentarze


Gracias por suscribirte!

  • Facebook - Círculo Negro
  • Instagram - Negro Círculo
bottom of page