La raíz del problema
- Sofia Florez

- 31 jul 2020
- 3 Min. de lectura

Siento que quiero transmitir tanto, y realmente sé que he dicho esto muchas veces al inicio de los blogs, pero oigan, este tema me toca mucho… creo que en el último año de mi vida, mi identidad en Cristo se ha vuelto algo tan vital para poder saber cómo afrontar mi vida, y se vuelve un desafío de cada día el entender cuál es mi identidad, que hoy espero con todo mi corazón que esto llegue a ti, que talvez estas luchando más que con problemas de identidad o con falta de seguridad en quien crees o quien eres, estas luchando contra todo aquello que te esta queriendo robar las palabras que determinan quien eres en Jesús.
Sé que muchas veces nos sentimos frustrados porque deseamos que nuestras inseguridades cambien, y sentimos que estamos dándola toda, para no volver a los mismos huecos de confusión del cual algún día sentimos que habíamos salido, pero entramos en un círculo vicioso que nos vuelve a llevar al mismo lugar.
¿Quién soy? La pregunta del millón, la pregunta de la vida, aquello que tantas veces no sabemos contestar porque sentimos que no sabemos ni donde estamos.
Entonces, sabemos que es lo que pasa, nos han dicho un montón de veces cual es la solución y aunque entendemos que esa es la verdad, no sabemos cómo aplicarla a nuestras vidas, pero creo que a veces no comenzamos por donde es, para lograr ver resultados diferentes a los de siempre; así que siento que la gran pregunta hoy es ¿Cuál es la raíz del problema que hoy nos hace tambalear y nos roba la paz y la seguridad que tenemos sobre nuestra identidad en Jesús?

La raíz del problema algo pequeño aparentemente pero que da como resultado un fruto. Una semilla que causo una herida, pero que evidentemente era una mentira, una mentira tan personal que solo tendrías tú la capacidad de saber cuál fue, y estoy segura que es una mentira porque es algo que hoy te roba la paz y la seguridad que Dios te ha querido dar.
Quiero que veas tu historia como un árbol, tú tienes tu propio árbol, tú tienes tu propia historia, aparentemente estamos igual, aparentemente podemos negar heridas o sentimientos, pero si hoy tomáramos una lupa sobre aquello que solo Dios conoce dentro de nuestro corazón, podríamos ver a profundidad que la historia que tú y yo tenemos nos habla de cosas diferentes en nuestro interior y procesos diferentes que nos hablan de identidad en él, procesos que hoy necesitas afrontar, para que la identidad que se te quiere ser arrebatada, no pueda ser movida del lugar en el que Jesús la coloco, tu corazón.
Solo mantente, solo lucha, porque aquel que un día dijo algo de ti, hoy lo vuelve a afirmar y te lo recordara todos los días, ¿fácil? No lo es pero es una lucha que debe comenzar mirando desde el principio y afrontando el pasado con la valentía que solo Dios puede poner en ti, para que con libertad Dios pueda trabajar y construir aquello que ha dicho de ti desde el principio de los días. Aquello que se sembró como una pequeña mentira, hoy Jesús tiene la capacidad de vencer.
Jesús siempre nos ha querido dar la seguridad que otras fuentes vacías no logra darlas, pero cuando nos alejamos de la fuente correcta nos alejamos del propósito y como decía en anteriores blogs nos alejamos de la visión que Dios nos dio. ¿Cuál es nuestra visión? ¿Cuál es la respuesta a quiénes somos? Eres hijo, ¿sabes porque esto tiene tanta trascendencia? Porque esto te define como un ser amado, no importando la condición de lo que haces o dejas de ser, esto es tan hermoso que no me cansare de repetirlo toda la vida, porque tú no eres por lo que haces sino debido a que eres el objeto del amor de Dios.
La pregunta final es ¿cuál es esa semilla que hoy es un ladrón de identidad? ¿Que causo la raíz y dio el crecimiento? ¿Quién soy ahora? Y por ello me comporto así. Quisiera decirte tantas cosas que sin conocerte ya tengo la seguridad sobre ti, pero creo que si vas al mejor él te las puede decir de una forma directa y precisa para la temporada que estés pasando.
Tu identidad y la mía ya están escritas en la biblia y desde allí se desata tanta diversidad que me parece algo tan emocionante que tengamos tanto en común pero también ideas y personalidades tan diversas.
Gálatas 4:7 "Ahora ya no eres un esclavo sino un hijo de Dios, y como eres su hijo, Dios te ha hecho su heredero."




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